La semana pasada en mis rutinarios viajes en autobús a la universidad, leí una noticia que me llamo la atención. El titular decía algo así: La sobredosis de Facebook (Tuenti) puede tener efectos negativos en nuestro estado de ánimo.
En ella se explicaba como al agregar a desconocidos o gente poco conocida a esta red social, pones en riesgo tu salud mental, ya que se puede obtener la idea de que esos contactos llevan una vida más feliz que la tuya.
Toda publicación o fotografía que se sube a Facebook (en nuestro caso particular también entraría como no el principal competidor: Tuenti) se hace con el objetivo de gustar más, o al menos para hacer llegar cierta imagen sobre nosotros mismos.
Al volver a buscar la noticia en los periódicos digitales (ya que de donde la leí apenas había mucha información… es lo que tienen los Periódicos Gratuitos) di con un estudio publicado en la revista Cyberpsychologo, Behaviour, and Social Networking de un tal Grace Chou y Nicholas Edge de la universidad de UTA Valley.
En este estudio se entrevistaron a 400 estudiantes con una serie de preguntas sobre el magnate de las redes sociales, preguntas que incluían factores como la forma de ver la vida, sus circunstancias personales y su utilización de Facebook.
Pues bien, de todos estos datos sacaron que cuanto los estudiantes pasaban más tiempo en Facebook, mayor era el número de casos que creían que los demás llevaban una vida mejor que la suya.
De manera destacada, los que tenían más contactos eran normalmente los que más pensaban que su calidad de vida era inferior a la de los demás.
Desde luego, da para que pensar… ¿tanto nos importa el éxito o fracaso ajeno?
¿Por qué esa manía por contrastarnos con los demás?
¿Vivimos en una sociedad envidiosa?
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